Síntesis Del Bienestar Individual Al Bienestar Colectivo e1a3d

DEL BIENESTAR INDIVIDUAL AL BIENESTAR COLECTIVO

El colectivo de personas que son relevantes en un proceso de toma de decisiones, son todas aquellas que cuentan.

1. DERECHOS INDIVIDUALES SOBRE EL MEDIO AMBIENTE

El primer paso que se debe llevar a cabo es la identificación, dentro de un colectivo de personas, quiénes y en qué medida van a ver respetados sus intereses, en cuanto a la aplicación de cualquier medida que afecte el medio ambiente. En primera instancia los s serían aquellas personas que realizan una labor productiva o de bienestar en el bien ambiental, pero resulta que también puede tener valores distintos para otras personas y colectivos, lo cual se define en valores de uso y en valores de no-uso. De igual forma es necesario distinguir entre los s del bien ambiental y los no s (para los cuales también puede tener algún valor)

1.1.

Valor de uso

En este caso, la persona utiliza el bien y por tanto se vería afectada por cualquier cambio que ocurra en el mismo. Por ejemplo, en el caso de un parque natural, éste tiene valor de uso para aquellas personas que lo visitan por esparcimiento, estudio, cuidado o cualquier otra actividad que se pueda llevar a cabo allí. Ahora bien, es necesario identificar a los s y por ende, los tipos de s que aprovechan un determinado bien ambiental, estableciendo las relaciones existentes en la función de producción de utilidad de la persona entre el bien ambiental y los demás bienes privados. Esto se puede ver reflejado en las acciones que realiza un cuando visita un parque, como es la compra de un tiquete para transporte hacia el lugar, compra de gasolina, etc., que estén encaminados hacia el poder disfrutar del lugar. Sin embargo, es necesario clarificar que se puede encontrar otro tipo de s diferentes:

 Aquellos que no requieren adquirir un bien privado para poder disfrutar del bien ambiental, debido a que viven en cercanías al bien (uso no consuntivo).  Aquellos que disfrutan del bien, por medio de la lectura de libros acerca del lugar, revisión de fotos, películas o programas de televisión sobre el mismo (uso indirecto). En estos casos es muy probable que el mecanismo utilizado para identificar los valores de uso, y cuantificarlos, no los estarían contemplando. Esto indica que el problema no es tan fácil de clarificar.

1.2.

Valores de no-uso

En este aspecto, la situación no es que mejore mucho. Se han identificado los siguientes valores:  Valor de opción. Se da cuando existen personas que, a pesar de nunca haber utilizado el bien, tienen la opción de hacerlo en cualquier momento, por lo cual la desaparición de un bien ambiental supone una pérdida de bienestar para estas personas. Se distinguen dos opciones: a. Valor de opción propiamente dicho. Está determinado por la incertidumbre que genera en las personas el saber si el bien ambiental estará disponible en el futuro para su utilización. Se puede establecer por la siguiente ecuación: Valor de Opción = Precio de Opción – Excedente Esperado Excedente Esperado: Producto de multiplicar el cambio en el excedente del consumidor obtenido con el consumo del bien por la probabilidad de que el bien no desaparezca. Precio de opción: Cantidad máxima que la persona estaría dispuesta a pagar para asegurarse la posibilidad de disfrutar del bien en el futuro.

b. Valor de cuasi-opción. En este caso se presenta una incertidumbre por parte del decisor por decisiones que se toman sobre el bien ambiental, sin tener la suficiente información sobre la incidencia que estas decisiones pueden tener sobre dicho bien y más grave aun cuando estos cambios son irreversibles.  Valor de existencia. Esta dado por un grupo de personas que pueden verse afectada con lo que ocurra con un determinado bien ambiental, a pesar de que no lo utilizan directa ni indirectamente (no son s), ni piensan hacerlo en el futuro, pero que valoran positivamente la existencia del mismo y por tanto se

puede ver afectado su bienestar. A continuación se relacionan algunos motivos que explican este valor: a. El motivo de herencia. Preservar el bien para disfrute de generaciones futuras. b. La benevolencia. El bien se valora porque amigos o parientes lo valoran. c. La simpatía. Altruismo global, cuando hay preocupación por la afectación que pueden sufrir personas (aún sin relación con ellos) por la pérdida de un bien ambiental. d. Creencia en el derecho a la existencia de otras formas de vida. Comportamiento altruista que determina que otras formas de vida (animales y/o plantas) tienen derecho a la existencia. Todos estos aspectos introducen consideraciones de altruismo, que son difíciles de modelar en el marco de la teoría microeconómica. Todo lo anterior, a grandes rasgos, define los distintos tipos de valor, tanto de uso, como de no-uso, que puede tener un bien para determinadas personas. Por tanto la decisión sobre cuáles de ellos se va a tener en cuenta a la hora de valorar cambios en el bienestar, condiciona a selección del colectivo que va a ser objeto de análisis. La valoración y cuantificación de los valores de no-uso no es sencilla, pero representan una cuantía considerable y su no inclusión puede modificar sustancialmente la valoración obtenida de un bien ambiental o un recurso natural determinado.

2. DEL BIENESTAR INDIVIDUAL AL COLECTIVO: AGREGACIÓN

EL PROBLEMA DE LA

Hasta ahora se ha revisado la forma cómo los cambios pueden afectar a una persona. Sin embargo, la tarea es analizar cómo los cambios afectan el bienestar de la sociedad como un todo. Este proceso de agregación se plantea las siguientes cuestiones:  El bienestar social es la suma del bienestar de las personas? O existen componentes del bienestar individual que forman parte del bienestar social?

 Si el bienestar individual e un componente del bienestar colectivo, ¿qué criterios o aspectos son los de mayor relevancia para esta agregación? Cómo y quién lo decide? Cómo se pondera?  Quién determina el valor de los cambios producidos en el bienestar de cada persona? Para el primer interrogante, tenemos que el bienestar social es una función exclusivamente del bienestar individual. El principio de la soberanía del consumidor responde el tercer interrogante, siendo la persona quien informa cómo se está viendo afectado su bienestar. Lo anterior deja sólo un interrogante por resolver. ¿Cómo pasar de la medida del bienestar individual a las preferencias sociales?, para lo cual se refieren algunos aspectos tratados en la teoría económica del bienestar que podrían servir para intentar resolver este interrogante:

2.1.

La función de bienestar social

Construyendo una función de bienestar social dependiente de las funciones de bienestar individual, se llegaría a la función de bienestar social utilitarista clásica o benthamita. n

U S =∑ U i i=1

Esta ecuación toma como supuestos, que:  Todas las personas son iguales, por lo cual todos tienen el mismo peso y por tanto es aditiva y no ponderada.  La utilidad de cada una es cardinalmente medible. Hoy día estos supuestos sugieren un problema para este cálculo, ya que el segundo punto no es aceptable fácilmente y en cuanto al primer punto se debe buscar una ponderación, donde se le dé peso a los cambios de bienestar acordes al tipo de población. Por ejemplo, mayor peso a mejoras que beneficien a los desfavorecidos.

Por tal razón se buscaron nuevas alternativas como la propuesta por BergsonSamuelson donde las funciones de bienestar individuales dependen, estrictamente, de las cestas de consumo de cada persona, lo cual representa una función de bienestar social individualista que no garantiza que sea carente de altruismo o envidia. Rawls, recomienda una función más apropiada, ya que se aproxima mejora al ideal de justicia, dado a que es una función de bienestar social minimax, que hace el bienestar social función del bienestar de la persona menos favorecida de la sociedad, lo cual indica que el bienestar social sólo aumenta cuando la persona o grupo menos favorecida tiene una mejora en su situación. U s =U ( U 1 ,U 2 , … ; U n )=mín { U 1 , U 2 , … ; U n } Sin embargo, es difícil especificar una función de bienestar social sin aceptar un determinado criterio ético, que no se sabe quién podría proporcionarlo.

2.2.

Arrow y la regla de agregación de las preferencias individuales

En esta vía, se busca establecer las preferencias que un colectivo ha dado a las situaciones que se presentan, con el fin de tratar de derivar de estas ordenaciones individuales, una ordenación social que permita afirmar cuál de ellas es la preferida desde el punto de vista social. Kenneth Arrow realizó un trabajo en este sentido y se obtuvo la regla de elección colectiva que debe cumplir con unos requisitos mínimos para que sea aceptable por la colectividad. Por lo tanto, debe ser:  Racional, completa (se prefiere una alternativa sobre otra o es indiferente entre ambas)  Transitiva, si se prefiere una alternativa A sobre una alternativa B y a su vez se prefiere B sobre otra C, no puede darse que se prefiera C sobre A. Adicionalmente, se debe cumplir:  Condición de dominio no restringido. Que sea una regla de general aplicación, lo cual es una exigencia operativa de la misma.

 Principio débil de Pareto. Exigencia ética, que busca establecer una relación no negativa entre el bienestar individual y el social y a su vez busca eliminar la envidia como mecanismo de elección social.  Condición de independencia de alternativas irrelevantes. La ordenación social de dos alternativas cualesquiera tiene que depender exclusivamente de la ordenación individual de las mismas.  Condición de soberanía de los ciudadanos. Indica que la ordenación social no debe ser impuesta.  Condición de no dictadura. Cualquiera que sea la ordenación efectuada por las distintas personas, la ordenación social no debe coincidir con la del individuo i-ésimo (dictador). Sin embargo, el resultado obtenido fue que cuando una regla cumple las cinco condiciones, no cumple con ser completa y transitiva, lo cual se conoce como Teorema de la Imposibilidad.

2.3.

La mejora potencial de Pareto: El criterio de compensación de KaldorHicks

El criterio de Pareto establece, que una alternativa A es preferida a otra B, si al menos una persona prefiera A a B y las demás se muestran indiferentes. En este caso A es superior en el sentido de Pareto a B y sería elegida por este criterio. Sin embargo, este método no es apropiado ya que un cambio en un bien ambiental, como la protección de áreas, puede afectar a una persona o colectividad que utilizaba la zona para la ganadería y/o cultivos, se debe renunciar a las comparaciones interpersonales de utilidad y al comparar las dos situaciones (antes y después del cambio) como incomparables. En este sentido se determina que existiendo dos alternativas incomparables en el sentido de Pareto, se puede aceptar que una de ellas esté sobre la otra si los beneficiados por el cambio pueden compensar a los perjudicados y que al efectuar la compensación, los perjudicados se declaren indiferentes ante la propuesta. Ante una mejora cualquiera, la variación compensatoria mediría la máxima cantidad que los beneficiados estarían dispuestos a pagar por ella, mientras que,

por otro lado, la variación compensatoria de los perjudicados mediría la compensación mínima exigida para permitir el cambio.

∑ VC > 0 Sin embargo, este criterio presenta dos problemas:  El criterio de Kaldor-Hicks se puede convertir en una situación circular que imposibilita tomar una decisión, ya que debido a la compensación la alternativa descartada pase a ser la preferida y más eficiente.  Aun asegurando que no se dé el caso anterior, es evidente que un cambio cualquiera podría superar el criterio y empeorar la distribución de la renta si no se lleva a cabo la compensación. Se podía justificar el cambio por temas de eficiencia, pero podría rechazarse por temas de equidad. Todo lo anterior lleva a dos conclusiones:  El bienestar de todas las personas tiene el mismo valor para la sociedad, prescindiendo de consideraciones redistributivas, lo cual implica que un valor de beneficio para una persona, es también el mismo valor de beneficio para la sociedad. Distribución de renta óptima.  Completar el criterio propuesto con la introducción de unos parámetros redistributivos explícitos para los distintos grupos sociales. Basados en: o Analizar el comportamiento del sector público en el pasado, cuando ha tenido que elegir entre eficiencia y equidad. o Construir esta familia de parámetros, explicitando claramente los juicios de valor redistributivos necesarios. Lo más frecuente es proceder de acuerdo a la primera de las posibilidades apuntadas, sin que esto necesariamente implique que el problema haya sido resuelto.