El derrame de petróleo en el río Guarapiche en Monagas, tras una falla en el Complejo Operativo Jusepín de la estatal Pdvsa, sigue despertando alarmas y críticas sobre el abordaje técnico de la situación. Expertos señalan que el tema está siendo afrontado con visos políticos, dejándose a un lado las soluciones. Juan Carlos Sánchez, profesor de la Universidad Central de Venezuela, co-ganador del premio Nobel de la Paz en 2006 y miembro del de Expertos del Cambio Climático, afirma que la politización “de ambas partes” afecta la percepción del tema, aunado a que hay desconocimiento en quienes han declarado de parte del gobierno como de la oposición. Por ejemplo, Sánchez se sorprende de ver cómo el ministro del Ambiente, Alejandro Hitcher, declaró sobre el derrame “casi como un portavoz de la industria petrolera” lo que calificó de lamentable al igual que las declaraciones de los funcionarios de Pdvsa que aseguran haber recogido un 95 por ciento del crudo derramado. “Es imposible” recalca el especialista, que tal porcentaje haya sido retirado. Explicó que la composición del crudo incluye entre 20 y 30 por ciento de compuestos volátiles, que debieron evaporarse con el calor del sol, por lo tanto tal contenido no pudo ser aislado nuevamente. Entre un 20 y 30 por ciento del producto suele salir a flote como una nata, que es la parte que sí puede ser retirada. Otros porcentajes se diluyen en el agua, otra parte alrededor del 15 por ciento cae al fondo por ser más densa y el resto viajan en el torrente del río. Considera Sánchez que las escasas informaciones oficiales buscan “minimizar el impacto tan grande” del problema causado, y a su vez hacer que las personas se olviden de lo ocurrido. Añadió que si bien se intenta esconder lo que implica un derrame petrolero, estudios han demostrado que de manera global estos vertidos degradan los ecosistemas y como consecuencia disminuyen la biodiversidad acabando con especies.
Sin embargo, desde el gobierno siguen los esfuerzos para afirmar que todo está controlado y que es la “oposición” la que utiliza este problema como “elemento de agitación”, tal y como lo aseguró el diputado de la Asamblea Nacional Orangel López, ayer en un programa del canal del Estado. Minimizar daños ecológicos, El presidente de la ONG ambiental Provita, Franklin Rojas, comenta “sin ánimos de acusar a nadie” que debe haber un manejo técnico de la situación. “Lo mejor en estos casos es hacer lo posible para no mezclar los problemas políticos con los problemas sociales y ambientales y más bien concentrarnos en las soluciones”. Para el ambientalista, la prioridad debería centrarse en minimizar los daños a los ecosistemas, atender a la población que está sin agua y buscar las responsabilidades en el caso. “Hay que averiguar por qué suceden estas cosas. Una pregunta importante en esto sería ¿qué habría pasado si esto hubiese sido con una empresa privada? Probablemente estarían buscando a los culpables, y haciendo las acciones necesarias”. Agrega Rojas que “no deberíamos simplificar el problema, tampoco enfocarlo desde lo político, sino buscar la solución”. Señala necesario no sólo atacar lo ocurrido en el Guarapiche, también intentar minimizar el impacto en otros ecosistemas que tienen o con las aguas de ese río. Mediante un comunicado, la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) aseguró que de acuerdo con el plan de contingencia, trabajadores de la Dirección Ejecutiva de Producción Oriente realizan jornadas de solidaridad, que se iniciaron desde el pasado 10 de febrero, mediante las cuales Pdvsa ha abastecido al pueblo de Maturín de 17 millones 594 mil litros de agua.